Entramos de sopetón en una época de celebraciones. Cuando no es una comida o una cena de trabajo, serán las reuniones con familia y amigos. En definitiva, nos encontramos con una agitada agenda social y lo que ello conlleva. Para una persona que sufre de dolores de cabeza supone cuando menos someterse a una situación de estrés -sí, leemos bien- de estrés porque de repente se exponen a varios factores:
- Cambios de horarios: se trasnocha y ya es conocido que los cambios en las horas de sueño suelen favorecer los dolores de cabeza, sobretodo la migraña.
- Comidas mas copiosas y además la temida ingesta de alcohol. Es injusto que en fechas tan señaladas cuando a todos nos gusta tomar una copita de champagne (o cava, según gustos y “bolsillo”) no podamos. Ya fastidia la temida migraña para que además nos condicione momentos de celebración.
- Como encima este año nos toque preparar la cena de Navidad o Nochevieja en casa, se añadirá la tensión de tener todo listo y en perfecto orden para ese día.
- No es frecuente que además, para sumar puntos, tengamos que aguantar a determinados familiares/allegados a los que vemos (menos mal) en contadas ocasiones al año. Esto con frecuencia es motivo de más de un quebradero de cabeza, que para el que los padece con frecuencia significa tener una alta probabilidad de desencadenar una migraña. Y quiero aprovechar esto para recordar que el término de “migraña de tensión” no existe, ni que por estar en una situación de estrés emocional el dolor de cabeza que se desencadena no es siempre una Cefalea de tensión. El estrés puede desencadenar prácticamente cualquier tipo de dolor de cabeza. Para mas información os remito a las web www.midolordecabeza.org
En fin, que aunque se abre ante nosotros una época bonita del año, con múltiples alegrías y la posibilidad de tener regalos, el ultimo regalo que querríamos encontrarnos es un dolor de cabeza. En este contexto tan poco halagüeño, ¿qué podemos hacer para minimizar estos daños colaterales?
- Procurar no desfasarnos en mas de 1h con respecto al número de horas habituales que dormimos. Evitar acumular déficit de sueño que luego querremos recuperar durmiendo mas horas el día que podamos. Estos desfases son los que propician que se desencadene el dolor.
- El alcohol, sobretodo el vino, es un potente inductor de ataques de migraña y de cefalea en racimos. En el caso de la cefalea en racimos, tenemos que estar en un brote o próximo a uno para que el alcohol provoque un ataque, si no es así no va a iniciar un nuevo brote de cefalea en racimos, pero podremos tener una buena resaca.
- Procurar comer antes de tomar cualquier tipo de alcohol. La ingesta de alimento nos ayudará a absorber mas lento ese alcohol y por tanto disminuirá las posibilidades de dolor de cabeza.
- Si estamos tomando medicación preventiva, deberemos seguir tomándola, pero si tomamos alcohol es preferible que esa noche no la tomemos. Nos podemos saltar una toma sin necesidad de “recuperarla”. Recordar que para que sea efectiva hay que ser regular en su toma.
- Programar bien qué necesitamos para preparar la comida que nos toca. Organizarse con antelación. Siempre surgen imprevistos y estos son los que nos aceleran.
- En cuanto a cómo solventar que las personas/familiares que nos causan tensión, no lo hagan, es de difícil arreglo. Sin embargo si sois conscientes de que se produce esta situación ya se está dando un primer paso para superar el momento. Puedes y debes plantearte comentarlo con tu médico. Hay opciones terapéuticas: prescribir determinados fármacos de forma transitoria durante este periodo problemático y/o abordar el problema con un psicólogo. Cada caso es diferente y por tanto es difícil dar recomendaciones universales.
Tener en cuenta que en muchas ocasiones se juntan varios factores desencadenantes para inducir la aparición de un ataque, así que si nos conocemos bien y somos cautelosos podemos priorizar hasta donde “nos arriesgamos”.
Os deseo unas muy felices Fiestas , sin dolores de cabeza.
Los mejores consejos de la doctora y amiga que existe para aconsejarnos a las personas que sufrimos este tipo de dolencias. No puedo dejar de agradecerla mi vuelta a la » vida».